Cierre los ojos y estírate...
Desde la ventana escucho como, de forma natural, se mezclan los sonidos de la calle, unos son hipnóticos y suaves, otros estridentes y repetitivos. Me tranquilizan las gotas de agua, cuando caen sobre las hojas de los árboles, y el olor a tierra mojada. ¿Por qué os digo esto? Porque quiero hacer hincapié en lo siguiente: "la fijación de la mente en un solo objeto o sensación positiva intensifica la atención mental y calma la ansiedad". No es fácil conseguirlo, porque existen muchos estímulos externos, entre otros, los reproductores multimedia, smartphones o tabletas que son una rutina de la que es difícil prescindir. Aunque os confieso que yo todavía me mantengo al margen, sigo anclada por así decirlo en un limbo analógico del que me veré obligada a salir más pronto que tarde. No me voy por las ramas y me centraré en lo que pretendo escribir hoy.
Las dos horas previas al sueño son las más indicadas para relajarse, y la música instrumental, mucho mejor a bajo volumen, puede acompañarnos mientras ponemos en práctica alguna técnica de meditación basada en la respiración profunda. También recomendaría utilizar una varilla de incienso, mejor natural y no sintético, de una fragancia suave. A mí, la que más me gusta es la de Nag Champa. A continuación, si quieres puedes cerrar los ojos y concentrar toda tu atención en el cuerpo, primero en una zona, después como un todo, tomando conciencia de la postura que has adoptado. Evita distracciones y no pienses en nada, solamente centre su atención en el proceso respiratorio: inspiración 1, espiración 2 y así sucesivamente; al menos, durante 15 minutos. Respira despacio, con naturalidad. Observa y siente cómo el aire fluye en tu interior y de nuevo fluye hacia el exterior, cómo descansa cada parte de tu cuerpo. Llegado el momento de finalizar el ejercicio, estírate como cuando te desperezas por la mañana al levantarse. Bosteza incluso, para relajar los músculos de la cara. Comprobarás que te encuentras mejor. Disfruta, si tienes más tiempo, de la Música Relajante y olvídate, por un momento, de los problemas cotidianos mientras tomas una infusión, mejor si es de manzanilla, tila o melisa.
Las dos horas previas al sueño son las más indicadas para relajarse, y la música instrumental, mucho mejor a bajo volumen, puede acompañarnos mientras ponemos en práctica alguna técnica de meditación basada en la respiración profunda. También recomendaría utilizar una varilla de incienso, mejor natural y no sintético, de una fragancia suave. A mí, la que más me gusta es la de Nag Champa. A continuación, si quieres puedes cerrar los ojos y concentrar toda tu atención en el cuerpo, primero en una zona, después como un todo, tomando conciencia de la postura que has adoptado. Evita distracciones y no pienses en nada, solamente centre su atención en el proceso respiratorio: inspiración 1, espiración 2 y así sucesivamente; al menos, durante 15 minutos. Respira despacio, con naturalidad. Observa y siente cómo el aire fluye en tu interior y de nuevo fluye hacia el exterior, cómo descansa cada parte de tu cuerpo. Llegado el momento de finalizar el ejercicio, estírate como cuando te desperezas por la mañana al levantarse. Bosteza incluso, para relajar los músculos de la cara. Comprobarás que te encuentras mejor. Disfruta, si tienes más tiempo, de la Música Relajante y olvídate, por un momento, de los problemas cotidianos mientras tomas una infusión, mejor si es de manzanilla, tila o melisa.
Regálate unos minutos de relajación
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