sábado, 16 de noviembre de 2013

¿Estás en Forma?

Estado físico y salud: flexibilidad  

No sabía qué tema tratar hoy, pero pregunté a una persona especializada en osteopatía y me dio algunas nuevas ideas para tratar en este blog. ¿Comenzamos? Cuando nos planteamos iniciar una actividad deportiva tendríamos que tener en cuenta qué es lo que más nos divierte, para no alejarnos de nuestros propósitos iniciales; así como analizar la distancia de las instalaciones o lugar de práctica habitual, y las horas disponibles para el ejercicio.  "Si bien no es cierto que haya una actividad para cada edad,  la edad fisiológica sí tiene mucho que ver con el momento y la intensidad del esfuerzo para practicar deporte". 

 
Deportes
 
Por otro lado, no todos los ejercicios se pueden recomendar a todas las personas, por ejemplo a quienes tienen una desviación lateral del raquis, también llamada escoliosis, no les conviene jugar a tenis ni levantar pesas; en cambio, normalmente, se les prescribe -como tratamiento y deporte de mantenimiento- la natación terapéutica, dirigida por especialistas técnicos de esta disciplina y por fisioterapeutas, que tiene por objetivos el aumento de flexibilidad y el fortalecimiento selectivo. Las sesiones, mejor dos por semana, suelen dividirse en ejercicios de rehabilitación (quinesiterapia) y, por supuesto, acuáticos.  

En cuanto al método Pilates  o "gimnasia dulce" está comprobado que disminuye el dolor, mejora la flexibilidad y relaja la musculatura; aunque os advierto, se requiere de una cierta forma física previa. Otras actividades que favorecen la relajación serían el yoga y el taichí o tai chi chuan. La última forma parte de las denominadas artes marciales "internas" que junto con el qi gong o chi kung, zazen, aïkido...son muy beneficiosas para la espalda. 

                                                            
Pilates suelo
           Pilates máquinas




Como os habréis percatado he mencionado más de una vez la palabra flexibilidad o literalmente "la capacidad de mover el cuerpo o alguna de sus partes con gran amplitud, sin producirse daño, gracias a la movilidad articular y a la elasticidad de los tejidos". Sabíais (yo me acabo de enterar al preparar los contenidos de esta entrada) que disminuye con la edad, alrededor de los veinte años disponemos de un 75% de nuestra flexibilidad inicial, después de los treinta y tantos, las pérdidas son aún mayores, en función de la actividad que tengamos y de nuestra configuración ósea y muscular. 

Concretamente, los músculos situados alrededor de la columna vertebral son largos o redondos. La mayoría de las veces, los dolores musculares de la espalda están causados por la rigidez de los primeros. Para flexibilizarlos hay que estirarlos en el sentido de su longitud y progresivamente.

La flexibilidad nos permite desplazarnos con más rápidez, ejercer mejor nuestra fuerza, evitar lesiones y es fundamental para determinadas actividades deportivas, como la gimnasia o la danza. Lo opuesto, la falta de flexibilidad, puede provocar -por posturas inadecuadas- lumbalgias y un rango de movimientos más reducido, etc.  


Gimnasia y flexibilidad

Intentad este ejercicio sencillo: de pie, con las piernas extendidas y separadas a la anchura de los hombros, nos inclinamos hacia delante, el peso de la cabeza nos lleva hacia abajo, y nos doblamos; respiramos tranquilamente, manteniendo la posición unos segundos. Si lo practicamos con regularidad contribuiremos a que nuestra espalda sea más flexible y menos dolorosa. 
                        
Trabaja tu flexibilidad


Fuente: CAMBEIRO MARTÍNEZ, X.; MARTÍNEZ SALINAS, A. (et. al.). ¿Estás en Forma? Madrid: Alhambra Longman, 1995. 125 p. ISBN: 84-205-2564-2.

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